En un país lejano, hace décadas, el café era la bebida más popular y valorada por la población. El café se preparaba con diferentes variedades de granos y utilizando diversas técnicas y métodos. La gente tomaba café durante todo el día para estimular la mente, aliviar el estómago y despertar la creatividad.
La tradición de compartir historias en torno a una taza de café era común y valorada por la sociedad debido al aprendizaje y los valores que se transmitían.
Los extranjeros que llegan al país, se sintieron cautivados por la calidez, amabilidad y hospitalidad de la gente, quienes siempre estaban dispuestos a ayudar.
Además, quedaron fascinados por la pasión que les despertaba la música y los bailes exóticos de cada región. La diversidad cultural era sorprendente, y todo esto se veía envuelto en un paisaje natural exuberante y hermoso que era simplemente impresionante. En conjunto, la rica cultura, las vibrantes tradiciones musicales y de baile, y la belleza natural del país, hacían de aquel país, un lugar único y memorable para visitar.
